TERRORISMO EN CHILE: A LA ESPERA DE DEFINICIONES GUBERNAMENTALES

Por Augusto Scarella Arce

Con un nuevo atentado de índole terrorista despertó Chile, esta vez en la Región de O’Higgins. A cientos de kilómetros de la disputa sostenida por grupos autónomos pero coordinados entre sí, el hecho reviste la mayor importancia en la respuesta que el Poder Ejecutivo, a través de la Ministra del Interior, anunciaron en la mañana de hoy. Por si fuera poco, otro atentado se registró en la Araucanía, con 8 vehículos destrozados.

Existen dudas del trabajo realizado hasta ahora por el Gobierno para neutralizar estos ataques, lo que queda al descubierto por la supuesta hasta ahora; expansión del terrorismo.

La baja capacidad de alerta de los organismos encargados de la seguridad, con aporte y apoyo de las fuerzas armadas, no han logrado infiltrar ni obtener antecedentes que permitan perseguir a los culpables. Se aprecia un deficiente análisis de inteligencia de parte de los persecutores, que debería de una vez por todas generar una instancia de mando y control único de todos los intervinientes en la avanzada terrorista nacional.

Desgraciadamente, los intereses políticos absortos en su propia verdad , no avanzan a una solución mancomunada de todos los intervinientes, puesto antes de revisar los procesos, están pendientes de quién lo liderará; las fuerzas de seguridad o el poder civil que continúa con sesgos trasnochados en relación a la importancia de los especialistas, asumiendo que los mismos tendrán mayor publicidad y réditos que la conducción política considera inadecuado.

Hasta que los sesgos y espacios de poder de cada uno de los integrantes de la respuesta del Estado, sean eliminados de un problema nacional, entregando una respuesta unificada, lejana a consideraciones políticas de quién o que ejercerá la conducción de la respuesta a la seguridad ciudadana, no tendremos triunfos ante aquellos que se escudan en las noches y el anonimato para cometer actos ilícitos.

Existe una estructura del Estado, bajo mando directo del Presidente de la República, el Estado Mayor Conjunto, con control directo de la Ministra de Defensa, capaz de articular una fuerza multitarea que lleve a la realidad un plan de seguridad nacional acotado a estos hechos.

Si vemos las informaciones diarias, tenemos un estado de excepción en la Macrozona Sur, con solicitudes ciudadanas de extenderse a la región de los Ríos y los Lagos. En la zona Norte, se han tensado las relaciones por parte de la sociedad hacia el Gobierno, solicitando asimismo, decretar estado de excepción en esa zona. Hoy la Región de O’Higgins, se sumará sin duda a similar requerimiento de volver a producirse un acto de la violencia vista la noche del martes 9 de Agosto.

En suma, podríamos llegar a tener a cinco regiones del país, poco menos de la mitad del territorio nacional, con medidas extremas para sostener la seguridad, cada día más avasallada.

En análisis anteriores, SciatFacere sostuvo la presencia de la teoría del globo insurreccional o terrorista. Este fenómeno indica que cuando las fuerzas de seguridad del Estado actúan en conjunto en una zona, logrando sostener una mínima dosis de tranquilidad, los delincuentes o perpetradores aparecen en otra zona generando otros conflictos, en lo que la teoría del globo manifiesta que al apretar un lugar del globo en una mano, aparecen entre los dedos, producida por la presión al centro, nuevos globos, lo que traducido para este caso, significa nuevas acciones en nuevas zonas.

Es muy difícil que el Estado domine el fenómeno terrorista a punta de estados de excepción, por cuanto la capacidad logística y de personal de las Instituciones tiene su límite, sumado a millones de pesos no previstos en el presupuesto en ejercicio.

Hoy más que nunca, se requiere de un liderazgo político al frente del drama de la inseguridad, que asegure un mando y control centralizado, con todas las herramientas fiscales; Aduanas, SAG, SII, ANI, Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad, Gendarmería y por supuesto una real interacción con la seguridad privada, que con recursos ajenos a los presupuestos fiscales, apoyen la planificación, creando un sistema de seguridad certero y eficiente.